Notas informativas

El mercado de la detección de incendios español mostró en 2024 una evolución contenida en la instalación de sistemas y un impulso en el uso de tecnologías avanzadas

Tecnifuego ha publicado su Estudio de Mercado 2024 sobre los sistemas de detección de incendios en España, revelando una evolución significativa en la complejidad, diversidad y nivel tecnológico de las instalaciones.

Uno de los aspectos más destacados del informe es la importante superficie instalada, con más de 1,3 millones de detectores puntuales (ópticos, térmicos y combinados), lo que refleja un tejido creciente de edificios protegidos, aunque todavía muy lejos de los indicadores alcanzados en 2007. El volumen total de centrales instaladas se estima en unas 29.000 unidades, de las cuales más de un tercio son analógicas y el resto corresponde a sistemas digitales más avanzados, lo que refuerza la tendencia hacia sistemas más sofisticados y con mayores capacidades de control e integración.

El estudio también evidencia una elevada relación de detectores por central, con un promedio de más de 120 dispositivos por central analógica. Este dato sugiere, por un lado, una mayor dimensión de las instalaciones protegidas y, por otro, la incorporación de soluciones más completas, propias de edificaciones modernas o con requisitos normativos exigentes.

Otro indicador del avance del sector es el crecimiento en la implantación de tecnologías complementarias, como los VAD (dispositivos visuales de alarma), que acumula un incremento próximo al 200% desde el año 2021, y los transmisores de alarma (EN 54-21), cuyo crecimiento supera el 220% en el mismo periodo, ambos esenciales para garantizar una notificación eficaz a los usuarios y a los servicios de emergencia. Estos datos ponen de relieve la creciente digitalización de los sistemas y su conexión con servicios remotos, lo que permite una respuesta más rápida y coordinada ante una emergencia.

Tecnifuego destaca que el estudio debe servir de referencia para todos los agentes del sector, fomentando la profesionalización y la adaptación a los nuevos retos tecnológicos, normativos y sociales que exige una protección contra incendios cada vez más integral y eficiente.

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