Buenas razones por las que instalar rociadores residenciales

Autor: Miguel Ángel Izquierdo. Comité Fabricantes Sistemas de extinción, TECNIFUEGO,
Publicado:
16-05-2022

Con este artículo, nuestro objetivo fundamental es sensibilizar a la opinión pública y a las administraciones, para que conozcan el riesgo que corremos de pérdida de vidas y bienes en las viviendas de una o dos familias que no estén protegidas contra incendios por rociadores. El estándar de diseño e instalación de consulta para la protección con rociadores de dichos tipos de riesgos es NFPA 13D.

Además, la existencia del estándar NFPA 13R, extiende el alcance de protección a edificios de uso residencial de hasta cuatro alturas. En la actualidad, en Europa disponemos de la norma UNE-EN 16925 de Enero del 2020, que tiene en cuenta la protección con rociadores de los siguientes tipos de edificios residenciales:

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Como se puede apreciar en la Tabla 1 de la UNE-EN 16925, nuestra norma, incluye en un solo documento los tipos de edificios que NFPA 13 D y 13 R tienen en cuenta en sus estándares para ser protegidos. Además, dispone (Ver Nota a pie de Tabla) de la posibilidad de ampliar esta protección a edificios de apartamentos que superen los 18 m de altura mediante un anexo a nacional.

A día de hoy, desde CTN 23 SC 5, estamos trabajando para que dicho anexo contemple edificios de apartamentos de hasta los 28m de altura, coincidiendo dicha altura con el alcance medio que actualmente disponen las escaleras de salvamento de las brigadas de bomberos, para la evacuación desde el exterior de los edificios de los ocupantes en peligro.

La idea es que la instalación de rociadores residenciales en este tipo de edificios, ayude en gran manera a la evacuación de las personas a un lugar seguro en caso de incendio. Esta medida, junto con el resto de las que le sean de aplicación al edificio en la actualidad según el CTE DB SI, reglamentación local y el RIPCI (materiales utilizados en construcción, protección pasiva, sistemas de detección, medios manuales de extinción, vías de evacuación, instalación y mantenimiento PCI) así como la inestimable actuación de las brigadas de bomberos, haga posible disminuir al máximo las victimas que cada año tenemos que lamentar debido a los incendios que se producen en estos edificios en nuestras ciudades.

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Como ejemplo, para comprender la importancia de la nueva norma, podemos estudiar el siguiente ejemplo:

Para edificios cuya altura de evacuación exceda de 28 m y sean de uso residencial público, el CTE en su apartado DB SI 4, indica que se dispondrá de una instalación automática de extinción, y para ello podemos consultar la Norma UNE EN 12845, donde, por ejemplo, para la protección de Hoteles, deberíamos realizar el diseño de necesidades para un Riesgo Ordinario 1 (RO1) con un resultado de densidad de diseño y autonomía superior a los que se pretende en la nueva norma EN UNE 16925. Para aclarar este planteamiento, podemos ver a continuación un breve cálculo comparativo.

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En resumen, podemos decir que esta comparativa de hacer una protección de un Hotel de hasta 18 m de altura siguiendo los parámetros de diseño de la nueva UNE EN 16925 en lugar de lo indicado en la UNE EN 12845 nos daría la oportunidad de proteger el edificio con una demanda de caudal y autonomía de reserva de agua muy inferior a lo que veníamos viendo aplicando la UNE EN 12845 y, con la ventaja de que si lo acepta el suministrador local de agua, la demanda de rociadores se podrá incluir a la demanda de agua sanitaria del edificio, ahorrándonos en este caso, el disponer de un equipo de bombeo y depósito de reserva de agua exclusivo para el sistema de rociadores.

La razón por la cual se necesita una menor densidad de diseño y por tanto una menor reserva de agua, es por el simple hecho de que los rociadores tipo “residenciales” se diseñaron con la intención de que la apertura de un solo rociador y con un mínimo de caudal distribuido en un compartimento de la vivienda, pudiera ser capaz de evitar que la temperatura alcanzada en el lugar junto con la emisión de gases tóxicos que se generan en un conato de incendio llegara a alcanzar un nivel que provocara que una persona perdiera el sentido de la orientación, incluso llegara a desvanecerse y no lograra alcanzar una vía de evacuación para salir del edificio rápidamente. Además, se evita en gran manera que la acumulación de gases  inflamables que se puedan originar en una combustión y posterior almacenamiento de los mismo en el techo provoque una deflagración conocida como flashover” colapsando en caso de producirse esa parte de la vivienda y por consiguiente, evitando finalmente que la gente pueda salir de allí, o incluso, que la brigada de bomberos pudieran verse atrapada en el interior.

Como se puede ver en el gráfico reflejado bajo este texto y realizado por la organización HFS (Home Fire Sprinkler), el “flashover” se puede producir en tan solo los tres primeros minutos después del comienzo de un incendio, por lo que el hecho de contar con rociadores residenciales automáticos en el edificio es vital para la rápida evacuación y poder así salvar vidas y también reducir considerablemente la perdida de bienes.

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A continuación se puede apreciar la importancia de contar en un mismo salón con la instalación de un rociador residencial. En la foto del centro se puede observar el resultado de la actuación de un rociador residencial en un conato de incendio y sin embargo, en la foto de la derecha, podemos comprobar el resultado de no contar con un rociador residencial y tener que esperar a que la brigada de bomberos acuda para que apague el incendio.

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Normalmente, la opinión pública no dispone de la información suficiente para conocer los sistemas de rociadores, por ello se crean bulos en contra del uso de los mismos, tales como; “todos los rociadores que protegen el edificio se podrían en operación en caso de un incendio”, no siendo cierto, tan solo se pondrá en operación aquel que su elemento termosensible se active por la presencia de un fuego bajo el mismo. De hecho, en la mayoría de los casos, con la activación de un solo rociador se llega a controlar el incendio.

La asignatura pendiente sería que el CTE, o en su defecto una reglamentación comunitaria / local (Ayuntamiento) tuviera a bien incluir la protección de edificios de uso residencial vivienda, o público, así como aquellos de uso hospitalario y, para todos ellos, incluso con alturas de evacuación por debajo de los 28 m, de tal forma que, en los lugares donde pernoctamos por el motivo que sea, tuviéramos siempre la seguridad de que estaremos protegidos también con rociadores residenciales según la nueva norma EN UNE 16925.

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